Cuerpo,
estabas programado
para mi tiempo.
Pero llegas con fatiga
y la máquina falla
a deshora.
y la máquina falla
a deshora.
Ésta es la vida
que no entiende de programas
ni tampoco de horas.
que no entiende de programas
ni tampoco de horas.
El reloj se oxida
y no aguanta
ni hasta la alborada
del nuevo día.
y no aguanta
ni hasta la alborada
del nuevo día.
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