Filipinas otoño 2013
!Oh
Dios!
A
ti clamo.
Con
las rodillas hundidas en el barro
y
mi único hijo vivo llorando en brazos.
!Oh
Dios!
A
ti clamo.
Escucha
mi grito inútil, desesperado,
que
llama a los tres hijos perdidos
arrebatados
por el agua y el viento.
!Oh
Dios!
A
ti clamo.
El
agua negra embravecida a mi alrededor,
que
transportaba hierros, libros,
cuadernos,
niños, pájaros muertos,
bicicletas,
platos, gatos,
todo
arrasó.
¿Oh
Dios!
A
ti clamo.
Que
el viento enfurecido
levantaba
techos y enteros tejados,
papeles,
carpetas, colegios,
árboles
y coches,
todo
se llevó.
!Oh
Dios!
A
ti clamo.
Que
asesina se volvió la Naturaleza
cuyos
ojos llenos de rabia
todo
a su paso fulminaron.
!Oh
Dios!
A
ti clamo.
La
Naturaleza nos regalaste
cual
intacta Doncella Hermosa
y
nuestro mano humana la cegó
con
perniciosos fluidos
que
la enloquecieron.
!Oh
Dios!
Ante
ti lloro
mi
desesperación.
Lloro
por mis hijos perdidos.
Lloro
por mi hijo vivo sin porvenir.
Lloro
por la Naturaleza maltrecha.
Lloro
por un género humano
que
solo produce devastación.
!Oh
Dios!
Ante
ti lloro
mi
consternación.
La
Naturaleza hermosa violentamos.
El
clima vengativo se volvió asesino.
Él
antes fue asesinado con nuestra perversión.
FILIPINAS
OTOÑO 2013
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