La
niebla entre sus brazos
me
adormenta,
con
su voz que susurra y canta.
Ya
duermo en la hojarasca húmeda,
ya
duermo,
y
se hace lecho el olvido, digo
adiós
a los días de la infancia,
mi
cara del espejo borrada.
La
niebla entre sus brazos
me
adormenta
con
su voz que susurra y canta.
Y
su voz al oído me cuenta
de
lejanos cielos azules
y
verdes primaveras
y
una chica que baila.
!Ah!
Fueron besos y risas,
mar
con luna y estrellas,
gaviotas
volando altas
caballitos
de mar en el agua.
La
niebla entre sus brazos
me
adormenta,
y
su voz, ya lejana, canta.
Caigo
en el sueño sin sueños,
caigo
en el misericorde olvido.
Me
duermo en la piadosa nada.
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