Vuelan las chicas como libélulas
-no, no me lo puedo creer-
vuelan etéreas por la calle, mientras
debajo va sonando la banda
con sus timbales y tambores.
Por la calle estrecha
avanza una multitud abigarrada
de colores vivos y sonido ensordecedor,
en los balcones engalanados de banderas
ríen, saltan y aplauden tantos niños.
Bella se ve la estrecha calle
con su multitud ruidosa
y las chicas que vuelan raudas
-no, no me lo puedo creer-
arriba y abajo con sus alas tornasoladas.
Descienden en vertiginosa vertical
y a la misma velocidad se alzan.
He aquí que, abriendo la ventana,
llegan meteóricas las chicas
y comienzan a volar dentro de la casa
con los niños que corren y saltan
sin poder ni tocarlas ni alcanzarlas.
!Que hermosa ésta tarde solar!
una tarde luminosa, dorada y musical
-No,no me lo puedo creer -
Pero puedo asegurar que es verdad.
No hay comentarios:
Publicar un comentario