Sueño
que sueño
y
en mi sueño un caballito blanco
sueña
conmigo.
Y
yo sueño que un caballito blanco
duerme
confiado en mis brazos.
Y
el caballito sueña que un humano
lo
está abrazando.
Dios...cómo
es hermoso éste sueño
que
los dos soñamos.
También
la noche es blanca.
También
la noche nos abraza.
Y
los dos soñamos
con
estrellas blancas
que
son como almas cándidas,
o
rosas que pasean por el cielo.
Oh
Dios... qué hermoso soñar éste sueño.
El
caballito blanco entró por la pantalla,
si,
por la pantalla de Internet,
pequeño,
suave, aterciopelado,
y
se acurrucó junto a mí.
Y
ahora los dos soñamos
nuestro
blanco sueño entre las estrellas
cuando
ya en la vida no hay sueños,
ni
estrellas, ni caballos blancos, ni rosas,
solo
nuestro respirar acompasado.
1 comentario:
mi sensible amiga , que bello poema, un abrazo.
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