!Oh,
hermosa luz de la tarde
que
a través de los ojos
me
inundas el alma!
Eres
tan dulce y suave
como
el suspiro de los ángeles,
haces
dorada y tibia mi piel
y
blando el corazón.
!Oh,
hermosa luz de la tarde
cuando
declinas,
alargas las sombras de los cipreses
y
das voz a los pájaros!
Y
allá lejos se oye griterío de niños...
y tú, luz, eres la que canta a la vida.
Cuando llegue mi noche definitiva
te
quedarás dentro de mi
por
toda la eternidad.
Y
serás luz de estrella,
y
serás cantar de pájaros,
y
serás sonrisa de niño,
y serás vuelo de mariposa.
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