!Oh
juventud!
Existe
un lugar
en mi laberinto cristalino
donde se guardan las
cosas olvidadas.
Es como un
cementerio de ideas perdidas
que ya
nos abandonaron.
!Oh
juventud!
Te
encontramos en fotos amarillentas
por el
paso del tiempo
que en
la memoria parecen ayer.
Ahí
están paisajes desaparecidos,
o
personas que se fueron a otro lugar.
Ya nada
está igual en el ahora
y todo
se hace un largo entonces.
!Oh
juventud!
Juventud
escondida, difuminada,
perdida
en la niebla,
juventud
que en ella se desvanece
y en
ella se confunde y se anula.
!Oh
juventud!
En mi
laberinto translúcido,
en mi
viaje a ninguna parte,
veo
nítidas a las personas,
y a las
cosas cobrando color.
El niño
con estrellas en el bolsillo,
la niña
que habla con mariposas,
el
pequeño con espada y tambor,
el
ángel gordezuelo dormido junto a mi.
!Estáis
todos al otro lado del cristal!
Oigo
vuestras voces
pero no
os puedo tocar.
Sois
música lejana como trino de pájaros
ocultos en un florido rosal.
!Oh
laberinto engañoso!
!Oh
juventud fugaz!
A mi
misma me veo tras el cristal.
A mi
misma que camino con fuerza.
A mi
misma con las ideas claras.
A mi
misma con la memoria intacta.
A mi
misma combatiendo batallas.
A mi
misma como bicicleta oxidada,
que se apoya en una blanca
pared.
!Oh
juventud agazapada al otro lado del cristal!
!Oh
laberinto de viajes inútiles!
Veo
reír a la reina de los sapos
y a la
vieja con su saco de mentiras
señalando
la salida.
¿Qué
es la vida sino un deambular?
¿Qué
es sino perderse, caer y levantarse?
¿Qué
es sino añorar el tiempo perdido?
¿Qué
es sino buscar y buscar?
¿Qué
es sino buscar y no encontrar?
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