lunes, 31 de octubre de 2011

VUELAN LAS CHICAS, VUELAN DE VERDAD





Vuelan las chicas como libélulas
-no, no me lo puedo creer-
vuelan etéreas por la calle, mientras
debajo va sonando la banda
con sus timbales y tambores.


Por la calle estrecha
avanza una multitud abigarrada
de colores vivos y sonido ensordecedor,
en los balcones engalanados de banderas
ríen, saltan y aplauden tantos niños.


Bella se ve la estrecha calle
con su multitud ruidosa
y las chicas que vuelan raudas
-no, no me lo puedo creer-
arriba y abajo con sus alas tornasoladas.


Descienden en vertiginosa vertical
y a la misma velocidad se alzan.


He aquí que, abriendo la ventana,
llegan meteóricas las chicas
y comienzan a volar dentro de la casa
con los niños que corren y saltan
sin poder ni tocarlas ni alcanzarlas.


!Que hermosa ésta tarde solar!
una tarde luminosa, dorada y musical
-No,no me lo puedo creer -
Pero puedo asegurar que es verdad.

martes, 18 de octubre de 2011

NIÑOS QUE SE PIERDEN EN LA NIEBLA





La niña toma al niño de la mano.
Inclinados, miran las hormigas en fila,
cuando pasa la libélula como si bailara
maravillosa, irisada, misteriosa.


La niña aprieta la mano del niño y
juntos corretean tras ella que,
arriba y abajo, juguetea bajo el sol
como si les sonriera y hablara.


La niña corre con el niño de la mano
escuchando encantados los pajarillos
escondidos en el follaje cerca del agua.
Toda la naturaleza canta para ellos.


La niña y el niño, cogidos de la mano,
corren felices mientras cae la tarde
y las sombras oscurecen los colores e
ilumina el parque la luz de las farolas.


La niña abraza, atemorizada , al niño
mientras llega ella, la gris neblina,
que el río, adormentándose, desprende.
Entran con asombro en la masa algodonosa.


Niña y niño se desorientan en la blancura,
caminan con los ojos muy abiertos.
Ya no están las hormigas ni la libélula,
calla la algarabía de los pájaros.


Niña y niño gritan mientras entran,
entran y van desdibujándose, sus figuras que
por la niebla van, entran al laberinto de cristal
donde baila la libélula un eterno vals.


Fuera del laberinto lágrimas, estupor.
En vano vuestro nombre invocan
responde solo el silencio, solo el dolor.



A los niños perdidos
A los niños desaparecidos

miércoles, 5 de octubre de 2011

OTOÑO PECULIAR





Peculiar otoño éste
en que persiste la canícula,
el cielo ciega de luz azul,
y amarillea la hierba.


Como si no fuera octubre
los árboles siguen verdes
y los niños jugando en la calle.

La lluvia se ha olvidado de pasar,
no se ven lombrices ni caracoles.


Otoño tercamente verano
que nos privas de los perfumes
de la lluvia y la tierra mojada
del olor a leña quemada
y del aroma de las setas.


Parece vivir un tiempo parado
pero solo a mi no incumbe,
puesto que he perdido todas mis hojas
y a mis pies yacen amarillas.

sábado, 1 de octubre de 2011

AMANECER





Para mi, hermano, atravesar la vida
es como andar por una playa.
Aunque las huellas hiendan la orilla
las borra la mañana.


Las marcas que vas dejando,
sean pensamientos importantes,
o al menos así parecían,
historias inolvidables y amores eternos
al amanecer se volatilizan.


Los grandes hombres de la Historia
duermen en sus bibliotecas
y los importantes acontecimientos
quedan envueltos en el polvo
de nuestra memoria.


No importa que hayamos alcanzado la luna
ni descubierto la velocidad de las partículas,
ni la teoría de la relatividad
ni la desaparición de los dinosaurios.


Todo lo pasado se hace liviano,
desaparecido entre la espuma o la niebla,
pierde su peso lo sucedido, es igual
que sea pequeño o universal.


La orilla queda impoluta y plana
cuando es besada por el mar
y para mí la única visible realidad,
hermano, es el amanecer de cada día
cuando todo vuelve a empezar.