viernes, 21 de septiembre de 2012

QUÉ MUNDO SERÍA



Qué sería de mi mundo
si no hubiera niños que llevan
en su bolsillo deslumbrantes estrellas.

Qué sería de mi mundo
si no hubiera niñas
que cuentan sus historias a las mariposas.

Qué sería de mi mundo
si no hubiera niños
que escriben poemas multicolores
en las nubes blancas con su espada de madera.

Qué sería de mi mundo
si no encontrara ángeles dormidos
en mi almohada.

¿Y si ellos no existieran?,
ni niños, ni estrellas, ni mariposas
ni ángeles durmientes,
ni espadas de madera...

!Oh, Dios mío!
Si no existieran...
si muriera su savia renovadora,
si las estrellas no tuvieran luz,
si las mariposas no cantaran,
si los ángeles se escondieran,
si las espadas de madera no escribieran...

Si todo ello desapareciera,
la tierra quedaría
seca, yerma, muerta
como un erial.

Si niños, estrellas, mariposas,
ángeles y espaditas parlantes
se volatirizaran
nada quedaría.

Ni siquiera la poesía
ni siquiera los poetas.

A mi nieto Antoni, pequeño esgrimista holandés
y a sus historias escritas en las nubes
con su florete parlante.

jueves, 13 de septiembre de 2012

EL TIEMPO Y LA MEMORIA


Quisiera vivir
un presente sin memoria.
Quisiera olvidar
un pasado sin retorno.
Quisiera fragmentar mi vida
en espacios de tiempo
donde cerrar las puertas.
Y pues que mi futuro
es ya mi pasado
quisiera caminar
sin gloria ni memoria.
Mi nombre quedó ya escrito
en algún ignoto lugar
una nube quizá,
y las palabras volaron
por el aire como hojas secas.
Quisiera borrar, cerrar, ocultar
en las cerradas estancias
de la memoria
lo que fui, lo que fuiste, lo que fueron.
Por eso voy quemando fotografías
que chisporrotean en la llama,
y en humo convertidas,
al cielo van.



viernes, 7 de septiembre de 2012

Y LA PLAYA GUARDÓ SILENCIO


Oh silencio, que tu batalla
al ruido ganas,
oh silencio cuando tu llegas
reina la calma.
Oh silencio que te haces sonoro
con el silbido del viento,
con el bramar de las olas,
con el chillido de las gaviotas
con el tamborilear de la lluvia
en la melancólica ventana.
Cuando todos se fueron
la orilla fue besada por el agua
con dulzura gris de otoño
testimoniado por las blancas gaviotas
otra vez señoras y reinas de la mar.
Oh, silencio, que tu batalla
al ruido ganas y
coronas con oro de blanda calma
la grande playa solitaria,
enriqueciendo nuestras almas.