martes, 5 de agosto de 2014

A LOS NIÑOS DE GAZA

 
Tan leves sois
que la Muerte ha creído
de transportar nubecillas
en sus brazos.

Sí. Nubecillas sois.
Pequeños niños,
infancia apenas brotada,
en tierra ingrata.

Vuestra vida ha sido tan breve
que el mundo
ni siquiera vuestro nombre
ha podido conocer.

Vuestra única nana
el silbido de las bombas
y el grito de vuestras madres
en la noche oscura.

Polvo, sangre, muerte,
ese vuestro corto transitar
en la tierra donde Caín
mató a Abel, su hermano.

Que los ángeles
os devuelvan la sonrisa
y Dios en sus brazos os acoja.

Que los hombres
abandonen su cainita locura
que vuestra tierra, de sangre más no se nutra
y los niños puedan vivir en paz.