sábado, 3 de marzo de 2012

EL CANSANCIO DE LA ROSA




Vas dejando de existir
despacio, poco a poco,
rosa de la vida cansada,
así tu figura apenas vista
ajada, fantasmal se intuye,
evanescente cual sombra
en un no querer más ser.
Dejaste de existir
despacio, poco a poco
así, un día tras otro.
De ti queda en el oído
apenas un susurro,
murmullo más que palabra,
que como silbo de viento
en el aire se desvanece,
esa es tu voz leve y vegetal.
Pero aún así persistes
indiferente a tu existencia;
eras rosa erguida en tu tallo
y lenta ahora inclinas la cabeza
pareciéndote a esos pájaros
que se mecen en el aire
ajenos a su voluntad.
Vives como nube leve que
suspendida en el tiempo
se borra en la distancia
o como guijarro en la playa
el cual mecido por el agua
en el mar desaparece.
Así tu te vas yendo
como si te diluyeras,
rosa marchita en una orilla
cuyos pétalos arranca el mar.
Vas viviendo pequeñas muertes
consciente de tu final
¿Cuál será tu mañana? ,
me digo contemplándote,
aún en tu evanescencia,
rosa malherida, eres bella.
Vas dejando de existir
despacio, poco a poco,
lento llegará también el día
que tu desnudez deshojada
desaparecerá en la nada.

A mi madre.

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