sábado, 18 de julio de 2015

EL ADIÓS DE UNA MADRE

 
Mi cielo está lleno
de risas de niños
y cantar de pájaros,
madre.

Mi cielo está lleno,
tú lo sabes, madre,
de iridiscentes estrellas
y caballitos de mar.

Mi cielo está lleno, lo sabes,
madre, a la mañana
del trino del jilguero
y del gorjeo del ruiseñor,
al atardecer.

Hoy, en mi mañana triste,
la encontré muerta
con su polluelo, madre.
Muerta en mi ventana.

Muerta por salvar a su polluelo
que probaba a volar
su primer vuelo.
Muerta la madre protectora
cubriendo al hijo
con su ala rígida,
así la encontré.

Había muerto como madre.
Ese era su mensaje.
Decir que era una madre.
Por eso estaba en mi ventana
para decirme adiós.

Eras tú que habías venido
en un agotador y extremo saludo.
En forma de tierna avecilla
eras tú, madre, era tu despedida.

Y así volaste a tu cielo
con risas de niños
y cantar de pájaros
donde no existen las lágrimas.
Adiós, madre.

IN MEMORIAM. A mi madre que nos ha dejado el 6 de febrero de 2015.


1 comentario:

Haydee Bonnin dijo...

Tristemente hermoso,desde allí donde ella se encuentra,está muy orgullosa de tu labor aquí en la tierra, un abrazo querida amiga.